domingo, 28 de agosto de 2016

Harry Potter y el Prisionero de Azkaban

"Juro solemnemente que ésto es una travesura".

Justo cuando más lo necesitaba, llegó el cambio de aires a la saga de Harry Potter. La Cámara Secreta seguía manteniendo el encanto y el impecable valor de producción de la primera película, pero era tan similar a ésta última, que comenzaba a presentar ciertos síntomas de agotamiento.

Afortunadamente, ésto cambió con la llegada del director mexicano Alfonso Cuarón, famoso anteriormente por ser director y escritor del aclamado drama Y Tu Mamá También. Cuarón dejó huella con su estilo maduro, inteligente, y sofisticado, lejos de la fantasía enfocada al público infantil de las dos primeras películas. Cuarón fue capaz de entregarnos la que, para mí, es la mejor película de la saga.

En su tercer año en Hogwarts, Harry y sus amigos tienen que enfrentarse a peligros que jamás han conocido antes. Pronto descubren que un peligroso asesino, aliado de Lord Voldemort, ha escapado de la fortaleza de Azkaban, y va directo hacia Hogwarts para cumplir con su objetivo: matar a Harry Potter. Para atraparlo, Azkaban ha mandado decenas de dementores, siniestras criaturas con las que nuestros protagonistas tendrán más de un encuentro peligroso. Una vez más, Hogwarts se convierte en un lugar peligroso y misterioso, en el que nada es lo que parece.

"Uno puede encontrar la felicidad incluso en los tiempos más oscuros, si tan sólo se acuerda de encender la luz".

El gran acierto de Alfonso Cuarón es centrar su atención en el desarrollo de los personajes, creando un filme con identidad propia, algo de lo que carecían las dos anteriores películas. Harry Potter y el Prisionero de Azkaban es una producción de alto presupuesto, y a la vez, es una película muy personal y completa, que se centra en los pequeños detalles para conseguir un conjunto de gran calidad. El lenguaje visual de Cuarón es rico y complejo. con excelentes planos que nos permiten admirar la belleza de las escenas que ha construído. Utiliza con frecuencia planos secuencia que atraviesan cristales de ventanas, un recurso que me pareció muy atractivo. También me parece interesante su obsesión con mostrarnos el reflejo de los personajes frente a un cristal, un gran ejercicio de construcción de personajes.

También es curioso el uso que realiza Cuarón de la técnica del bullet time (efecto bala) durante la divertida escena del Autobús Noctámbulo. Dicha técnica es, por ejemplo, la que utilizaban los hermanos Wachowski en Matrix, en la escena en la que Neo realiza movimientos sobrehumanos, a cámara lenta, para esquivar una serie de balas de pistola que han enviado contra él. Consiste en alterar el espacio y el tiempo de la escena, utilizando recursos como variar el ángulo de la cámara, o moverse por la escena a velocidad normal, mientras todo lo demás se mueve a velocidad mucho más lenta. Una forma muy ingeniosa (y visualmente innovadora para la saga) por parte de los responsables de la película de resolver la difícil escena del autobús.

El Prisionero de Azkaban es una película mucho más madura, y oscura. En ocasiones, se asemeja más a una película de terror, que a una de fantasía. La presencia de los dementores pone los pelos de punta, especialmente, en la que es para mí la mejor escena de la película. Se trata de la primera aparición de estas criaturas, que sucede en el interior del tren que viaja hacia Hogwarts. Otra escena muy inquietante es la transformación de cierto profesor en hombre lobo. Aunque los efectos especiales están pasados de fecha, y cantan bastante, el diseño, el juego de luces y sombras, y la música, crean una gran sensación de peligro.

"Los dementores nos hacen revivir nuestros peores recuerdos. Nuestro dolor se vuelve su poder".

En esta tercera entrega de la saga, asistimos a otro rediseño de Hogwarts y sus alrededores, acercándose la versión final de la mítica escuela. El diseñador de producción, Stuart Craig, incorpora monolitos de piedra de estilo celta, y paisajes escoceses, que consiguen darle más realismo, y alejarse de la fantasía que dominaba el diseño de las anteriores películas.

Incluso la escena del quidditch es diferente, acorde con el estilo de la película. La escena es corta y de menor escala que en películas anteriores. Cuarón sitúa la acción lejos del campo de quidditch, y bajo una peligrosa tormenta, con dementores sueltos cerca de los jugadores de ambos equipos, llenando la escena de tintes azulados, y distanciándose de lo que nos mostraba Chris Columbus en anteriores entregas.

Steve Kloves regresa para escribir el guión. Esta vez, es un guión más completo, con diálogos más inteligentes y fluidos. Ser completamente fiel al libro original deja de ser una obsesión, consiguiendo un guión mejor, y más apto para el lenguaje cinematográfico.

"Sangre inocente será derramada, y siervo y señor se reunirán una vez más".

El trío protagonista crece en edad y en madurez interpretativa. Daniel Radcliffe destaca como un Harry Potter que muestra muchos más sentimientos y emociones que en las anteriores películas. Emma Watson también está muy inspirada, interpretando a una Hermione más madura y decidida, muy diferente de la niña que conocimos en Harry Potter y la Piedra Filosofal. A los ya habituales miembros del reparto, se añaden varias elecciones estelares: Michael Gambon interpretando a un Albus Dumbledore más imponente, Gary Oldman como el despiadado y espeluznante asesino Sirius Black (de lo mejor de la película), David Thewlis como el misterioso Remus Lupin, y Emma Thompson como la excéntrica profesora Sybill Trelawney.

John Williams realiza aquí su último trabajo para la saga de Harry Potter. Williams entiende perfectamente lo que el director quiere transmitir, y entrega una banda sonora más madura, con multitud de temas nuevos. Musicalmente, es más oscuro, e incorpora influencias medievales en la instrumentación. Mi tema favorito de esta película es "Forward to Time Past". Me encanta ese tic-tac que suena durante la canción, indicativo de que el tiempo se les acaba a nuestros protagonistas.

"Travesura realizada".

Esta película supone un gran paso adelante para la saga. Tiene una dirección mucho más sólida, es visualmente espectacular, y presenta un reparto que crece cada vez más en talento. Es una pena que Cuarón no regresara para dirigir la siguiente entrega, ya que Harry Potter y el Prisionero de Azkaban es la mejor película de la saga. Jamás me cansaré de verla.

Por cierto, esta semana me retiro a las fiestas de Tarazona, y no voy a tener ni ordenador, ni internet. Volveré el sábado, tres de septiembre, con más opiniones sobre las películas que vaya viendo. ¡Un saludo!


sábado, 27 de agosto de 2016

La Horca

"Todo lugar tiene sus fantasmas".

Siempre me acordaré de cuando fui al cine a ver esta película. Jamás vi a una sala de cine tan asustada, incluso aplaudieron cuando empezaron a salir los créditos finales. Jamás entenderé por qué, ya que acabábamos de ver una película que rozaba el desastre.

La Horca es la enésima película de terror que utiliza la técnica del found footage, es decir, que presenta la historia como si fuera grabada por personajes de la misma, a menudo utilizando una simple cámara de video. A mí me parece una técnica muy interesante si se realiza bien, ya que añade realismo y naturalidad a la acción. Pero también creo que es difícil dominarla bien, ya que el exceso de cámaras en mano puede hacer que al espectador le cueste seguir todo lo que está pasando, y además, los actores deben realizar un trabajo muy duro, para que sus interpretaciones sean creíbles.

Esta técnica ha alcanzado gran popularidad en la actualidad, gracias al éxito de proyectos como Monstruoso, Distrito 9, o Chronicle. Dentro del género de terror, varios ejemplos son Paranormal Activity, REC, o mi preferida, El proyecto de la Bruja de Blair, una película independiente muy interesante de la que tendré tiempo de hablar en otra entrada del blog.

Desafortunadamente, La Horca está lejos de llegar a ser un referente en este tipo de técnica. De hecho, es una película desordenada y confusa. Por culpa de la cámara temblorosa que utiliza, perdemos impacto y tensión, y sólo dos o tres sustos bien colocados salvan a la película de ser un desastre total.

"Es mejor que algunas cosas permanezcan ocultas".

En La Horca tenemos a cuatro protagonistas, fruto de su inspiración en el cine slasher: Reese, Pfeifer, Ryan, y Cassidy. Son todos estudiantes de un instituto en el que se está preparando una representación de una obra de teatro que se canceló veinte años atrás, después de que un joven muriera ahorcado por un accidente con un objeto de atrezo. La noche anterior al estreno de la obra, Reese, Ryan y Cassidy deciden colarse en el instituto para destrozar el escenario (no se sabe muy bien por qué, son malos y ya está). Una vez dentro, se encuentran con Pfeifer, y son perseguidos por un asesino vestido de verdugo, que aparentemente es el joven que murió allí hace veinte años.

Aunque una premisa no sea original, una película siempre puede sobreponerse con un guión inteligente, y una dirección inspirada. Pero éste no es el caso de La Horca. El guión, escrito por los mismos directores, Travis Cluff y Chris Lofing, cae en tópico tras tópico, y presenta unos diálogos vagos y estúpidos. Es más, cuando los protagonistas dejaban de hablar, y se dedicaban a correr, gritar, y ser perseguidos por el asesino, mi interés por la película aumentaba. Son unos personajes planos, estereotipados, y sin ningún tipo de historia de fondo. Es imposible entenderlos y empatizar con ellos, porque no nos han contado nada sobre sus vidas, y cuando les ataca el asesino, no nos preocupamos lo suficiente por ellos.

Lo que sí me gustó del guión fue el final. Es otro tópico, y es totalmente previsible. Pero aún así, creo que consigue impactar al espectador, y el manejo de los tiempos es impecable.

"No te atrevas a decir su nombre".

Cluff y Lofing parecen disfrutar cuando tienen que rodar las escenas que muestran al asesino. Y, sin embargo, prefieren centrarse en interminables persecuciones cámara en mano, en las que no vemos absolutamente nada. No entiendo cómo no nos muestran más al verdugo, ya que tiene un diseño bastante bueno, y definitivamente, da escalofríos. Pero nunca llega a asustarnos del todo, ya que sus apariciones son escasas. 

Visualmente, tenemos dos o tres escenas interesantes, como la que utilizan para el póster (y que aparece en todos los avances). También es interesante el final, como dije antes. Es como si ya tuvieran pensado ese final desde el principio, y hubieran empezado a construir la película desde allí. Lamentablemente, éstas buenas escenas quedan diluídas dentro de un conjunto mediocre y poco inspirado. 

La película tiene una escena final protagonizada por unos agentes de policía que, cómo no, entran a una misteriosa casa para ser asesinados poco después. La escena me sobra completamente, es como si fuera parte de otra película. Jamás entenderé cómo eligieron colocarla ahí, y no terminar la película con el giro del argumento final, que es de lo poco que está bien realizado en esta película.

"Charlie, Charlie".

El reparto es tan mediocre como la película en sí misma. Ninguna interpretación que merezca ser destacada. Me pareció simpático Ryan Shoos como Ryan Shoos. Sí, en serio, los personajes se llaman prácticamente igual que los actores que los protagonizan; ésto da una idea de la originalidad de esta película. Se nota también que Cassidy Gifford tiene algo de experiencia actuando en cine, ya que se esfuerza bastante, pero no logra sobreponerse a un guión que no le deja mucho espacio para brillar. La elección de Reese Mishler y Pfeifer Brown (Reese Houser y Pfeifer Ross en la ficción) es terrible. Jamás te llegas a creer a sus personajes, y hubiese sido mejor que el encargado del casting se lo hubiera pensado dos veces antes de elegirlos.

De la música se encarga el compositor Zach Lemmon, pero mejor ni hablo de ella, porque es prácticamente inexistente.

"Que comience la función".

Soy un apasionado del cine de terror. He visto cientos de películas, tanto buenas, como malas. Y odio ver cómo una película cae en los mismos defectos de siempre, porque sé que se podrían haber evitado. Los que leáis ésto, sabréis lo que os espera si decidís ver esta película. Si queréis películas decentes de found footage, os he recomendado algunas al principio de la reseña. La Horca, sin embargo, es una película simple, sin sustancia, y difícil de seguir. Una de tantas películas de terror que acabarán en el olvido. 


viernes, 26 de agosto de 2016

Harry Potter y la Cámara Secreta

"Harry Potter no debe regresar a Hogwarts este año".

Continúa mi repaso a la saga del mundo mágico de J. K. Rowling con la segunda entrega, Harry Potter y la Cámara Secreta, película que mantiene una línea continuista respecto a su predecesora. En esencia, me parece una mejor película que La Piedra Filosofal. Creo que coge todo lo que funcionaba en ella, y lo amplía y mejora, aunque la mayor parte de lo que no funcionaba, sigue ahí.

La película arranca, cómo no, con Harry pasando el verano en casa de sus tíos. Mientras está en su cuarto, aparece el adorable Dobby, un elfo mágico que le pide que no vaya a Hogwarts este año, porque cosas terribles están a punto de pasar. Pese a las advertencias de Dobby, Harry acaba acudiendo al colegio mágico, rompiendo varias leyes mágicas por el camino. Una vez allí comprobaremos que el pequeño elfo estaba en lo cierto, cuando se abre una habitación secreta, oculta bajo el castillo, llamada "la Cámara de los Secretos", que libera a una bestia que deja un rastro de cuerpos petrificados a su paso.

"Enemigos del heredero, temed".

Chris Columbus repite en la silla del director, tras su conservador trabajo en La Piedra Filosofal. En esta ocasión, podemos ver a un Columbus más cómodo, y más relajado que en el anterior filme, sin importarle tomar más riesgos visuales. Decide adentrarse en el territorio del cine de aventuras, con secuencias que recuerdan a algunas escenas de la saga de Indiana Jones, e incluso llega a jugar con el género del terror: frases pintadas con sangre en las paredes, terroríficas arañas gigantes en el interior del bosque oscuro, Harry siendo atacado por el basilisco... Columbus disfruta poniendo en tensión al espectador. La película evoluciona respecto a la anterior, adoptando un tono más oscuro y peligroso, que con cada película de la saga irá aumentando y haciéndose más evidente.

El diseño de producción de Stuart Craig vuelve a ser maravilloso. Hogwarts se convierte en un lugar bello y misterioso, dando más sensación de realismo. El mundo mágico se expande, y tenemos nuevas localizaciones perfectamente diseñadas, y construidas. Borgin y Burkes es inquietante, la Madriguera (hogar de la familia Weasley) es acogedora, y encantadora, y el despacho de Dumbledore es imponente. Pero sobre todo hay que destacar el impresionante escenario construido para la Cámara de los Secretos. Un lugar majestuoso que pone los pelos de punta, en el que tiene lugar el clímax de la película.

"Su esqueleto yacerá en la cámara para siempre".

El guión vuelve a estar escrito por Steve Kloves, y es prácticamente un calco del primero, salvando las diferencias entre ambas historias. La estructura es la misma, y una vez más, estamos ante un libreto de ritmo lento, y muy fiel al libro original. En este aspecto, juegan sobre seguro, y crean un guión capaz de contentar (de nuevo) tanto a los fans de la saga, como al público general. Esta entrega nos muestra un peligro mucho más grande, capaz de poner en peligro a toda la escuela de Hogwarts, lo cual es interesante. Aún así, creo que el guión empeora respecto a la anterior película, ya que este parece más un episodio de ciento sesenta minutos (¡guau!), que una película por sí misma, como era La Piedra Filosofal.

Una vez más, lo mejor de la película es el reparto. La mayoría del mismo regresa para esta película, y además, tenemos un par de fichajes interesantes: Kenneth Branagh (Mucho ruido y pocas nueces), que realiza un excelente trabajo interpretando al carismático pero repelente Gilderoy Lockhart, y Jason Isaacs, como el imponente Lucius Malfoy (El patriota), un personaje muy interesante, del que sabremos más en futuras entregas. Del reparto que regresa de la anterior película, quiero darle especial mérito a Emma Watson, que mejora su interpretación de Hermione, y nuevamente a Alan Rickman, nacido para interpretar a Severus Snape. Richard Harris tiene aquí su última aparición en la gran pantalla.

"¡Nunca me atraparás, Potter!"

El quidditch vuelve a aparecer como uno de los aspectos más destacados. La secuencia es más larga, peligrosa, y personal, dado que enfrenta a Harry con su mayor enemigo dentro del colegio, Draco Malfoy. Seguro que Daniel Radcliffe (Potter) y Tom Felton (Malfoy) se lo pasaron en grande rodando esta escena vibrante en la que deben atrapar la snitch dorada, mientras esquivan los obstáculos que tienen en el camino, y son perseguidos por una bludger hechizada. Sin duda, gran trabajo de los responsables de producción y de efectos digitales. Esta escena de quidditch sirve también para darnos una escena de humor protagonizada por Gilderoy Lockhart, en la que éste intenta arreglar el brazo que Harry se ha roto. Aunque no aporta prácticamente nada a la trama, ver los partidos de quidditch es uno de los alicientes de esta saga, y se acaban echando de menos si no aparecen en la película. 

Dos escenas novedosas para la saga, y que merecen especial reconocimiento, son el ataque de las arañas en el bosque, y la batalla final contra el basilisco. Presentan segmentos de acción intensos y llenos de tensión, en los que se ve más suelto y relajado al director, especialmente, en la batalla final. Todo ello acompañado por otra impecable banda sonora de John Williams, que utiliza tanto temas presentes en la anterior película, como otros nuevos. 

"Expelliarmus".

En conclusión, se puede decir que Harry Potter y la Cámara Secreta juega en la misma liga que la película que le precede. Comparte estructura, tono, cinematografía, aciertos y fallos; sin embargo, se nos muestra un mundo mágico más grande y creíble, dando también una mayor sensación de peligro y misterio. Ésto hace que sea ligeramente mejor que La Piedra Filosofal. Columbus no regresaría para dirigir la tercera película de la saga, lo cuál resultó ser afortunado para la misma, pues El Prisionero de Azkabán muestra una clara mejoría sobre las dos primeras, en parte, gracias al soplo de aire fresco que trae su director. Pero todo ésto lo leeréis en su entrada correspondiente. ¡Un saludo!


jueves, 25 de agosto de 2016

Nunca apagues la luz

"A todo el mundo le asusta la oscuridad".

Casi un mes más tarde que en Estados Unidos ha llegado a nuestros cines esta propuesta de terror, que a su vez está basada en Lights Out, un cortometraje de 2013 que, personalmente, me puso la carne de gallina. Así pues, esperaba con impaciencia su versión en largometraje, dirigida por el creador del mencionado corto, David F. Sandberg. Me encanta que le hayan dado la oportunidad de mostrarnos sus ideas, y de contarnos una historia más grande que la que se nos presenta en el interesante cortometraje. Desde luego, Sandberg no ha decepcionado.

Manejando los hilos del proyecto tenemos a un habitual del cine de terror, James Wan, famoso por ser el director de películas como Saw, Insidious o Expediente Warren. La película contiene temas, sobre todo argumentales, comunes con los del cine de Wan, y aunque que sea productor no es garantía de éxito, estoy seguro de que habrá echado una mano al director para llevar este filme a buen puerto.

"Mantén las luces encendidas".

La premisa es simple y poco original. Nuestra protagonista se llama Rebecca, y su padre la abandonó a ella y a su madre años atrás. Su madre tuvo problemas psicológicos, y Rebecca estuvo a punto de perder la cabeza, por culpa de sus "miedos" de la infancia. Finalmente, se marchó de casa cuando tuvo la oportunidad, creyendo que así estaría a salvo, pero se ve obligada a regresar, cuando a su hermano pequeño le está ocurriendo lo mismo que le ocurrió a ella.

Esta sencillez a la hora de abordar el argumento (y especialmente el monstruo de la película) es a la vez su fortaleza, y su debilidad. Es una película de terror psicológico sin muchas pretensiones, que tan sólo busca (y consigue) hacer pasar un mal rato al espectador. Su tema principal es uno bastante conocido en el cine: el miedo a la oscuridad. Muchas películas han tratado este tema, y han fracasado en el intento.

El tema secundario, mucho más interesante, es el de la maternidad. Sophie, la madre de Rebecca, sufre de problemas psicológicos que afectaron en su día a su hija, y están afectando en la actualidad a su otro hijo, el pequeño Martin. Hay numerosos enfrentamientos entre Rebecca y Sophie, hasta el punto en el que somos capaces de empatizar con ambas, y no saber de qué lado estar.

"No me vas a volver a abandonar".

Nunca apagues la luz consigue ponernos los pelos de punta, gracias a la inspirada dirección por parte de Sandberg. Éste demuestra tener un gran sentido de la historia, y saber en todo momento cómo quiere contar su película. Trabaja de forma muy eficaz, teniendo claro cuándo generar tensión en el espectador, cuándo lanzar los sustos, y cuándo dejar que el espectador descanse y se relaje. Aunque no hay muchos momentos de descanso, ya que la escasa duración de la película (81 minutos) no permite colocar muchos de esos momentos. Sandberg maneja muy bien el apartado visual, utilizando correctamente las luces y las sombras; gran trabajo también de Marc Spicer, director de fotografía. La escena en la que juegan con la luz de neón roja intermitente, en la habitación de Rebecca, me parece lo mejor de la película. Realmente consiguen que veamos la oscuridad como algo peligroso en lo que no debemos adentrarnos.

Tiene que ser complicado sacarse de la manga un monstruo sobrenatural que consiga inquietar al espectador, ya que cada vez son más las películas de terror que utilizan este recurso. Nunca apagues la luz nos presenta a Diana, una oscura figura que permanece siempre en las sombras. Un acierto de la película es convertirla en alguien real, que forma parte del pasado de la familia. Es un ejercicio aceptable de desarrollo de los personajes, que nos permite ver cómo el personaje de Sophie (madre de Rebeca) carga con las consecuencias de actos que cometió en el pasado.

No obstante, se notan algunos fallos de construcción del guión, escrito por Eric Heisserer (basado, por supuesto, en una historia original del propio Sandberg). Frustra que no se nos den muchas explicaciones de qué es Diana exactamente. En ciertos puntos, éste trae escenas previsibles, y usadas en exceso. El ejemplo más claro está cerca del final de la película, cuando llegan al lugar de los hechos dos policías, y son fácilmente destrozados por la entidad sobrenatural; nada que no hayamos visto antes. También se ve venir de lejos el final de la película, pero en este caso no me preocupa mucho, dado que es un final lógico y con sentido.

"Los fantasmas no existen".

Pasando a hablar del reparto, Nunca apagues la luz vuelve a acertar reuniendo un elenco de actores sólidos, que consiguen que nos creamos sus historias. Mi favorita es Maria Bello (Bar Coyote) en el papel de Sophie, la torturada madre de Rebecca, que está obligada a lidiar con un pasado que le ha hecho perder a casi todos sus seres queridos. Es un personaje muy interesante, que sin embargo, merecía más exposición y tiempo en pantalla, cosa que en esta película es imposible, dada su corta duración. 

Teresa Palmer (Memorias de un zombie adolescente) protagoniza la película, brindando una interpretación bastante buena, que para mí fue una grata sorpresa. También destaca Alexander DiPersia como Bret, el novio de Rebecca, simpático personaje que fue capaz de arrancar algunas risas en la sala de cine. 

Completan el reparto Gabriel Bateman como el hermano pequeño de la protagonista, Martin, y con papeles más reducidos, Billy Burke (Crepúsculo) como el padrastro de Rebecca, y la esposa del director, Lotta Losten, en un cameo al comienzo de la película. Cabe destacar que Losten fue quien protagonizó el corto original.

Benjamin Wallfisch, compositor relativamente desconocido, crea una banda sonora que cumple sobradamente con su cometido de crear tensión e incertidumbre en el espectador. La música está especialmente acertada en los momentos de susto, donde hará perder los nervios a más de uno.

"No le gusta la luz".

Nunca apagues la luz da la bienvenida al cine de terror a David F. Sandberg, un director efectivo y de ideas claras, que puede hacer grandes cosas en el futuro. Habrá que seguir sus proyectos con lupa. De momento, James Wan le ha "colocado" como director de la secuela de Annabelle (mediocre spin-off de Expediente Warren), que llegará en mayo de 2017. También se le ha dado luz verde a una continuación de Nunca apagues la luz, así que parece que Diana (u otro personaje) se lo seguirá poniendo difícil a nuestros protagonistas en el futuro. 

Desde aquí os animo a que vayáis a ver al cine esta película. Está lejos de ser una obra maestra, pero nos aporta buena sensación de terror, excelentes (y diferentes) sustos, e interpretaciones sólidas. Suficientes razones para salir satisfecho, y asustado, del cine. Cuidado con la oscuridad.


miércoles, 24 de agosto de 2016

Harry Potter y la Piedra Filosofal

"Que comience la magia".

Tenía ganas de volver a ver una saga, y escribir sobre cada película individual, así que hace un par de días comencé una encuesta en la que pedía consejo sobre qué saga de películas hacer primero. Ganó la saga de Harry Potter, y aquí tenéis mi opinión sobre la primera entrega, Harry Potter y la Piedra Filosofal.

Me cuesta creer que tenía cinco años cuando fui a ver al cine esta película, y me ha agradado ver que ha envejecido bien. Conserva el encanto que vi por primera vez aquel 2001, y no he podido evitar dejar escapar una sonrisa mientras recordaba todas las situaciones, y todos los diálogos que aparecían en la pantalla.

"Bienvenidos al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería".

La historia la conocemos de sobra. Un niño huérfano que vive con sus aparentemente malvados tíos descubre que en realidad es un mago cuyos padres fueron asesinados por el tenebroso Lord Voldemort. El joven Harry será admitido en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, y allí hará amigos y enemigos, al tiempo que tendrá que enfrentarse a un intento de regreso del mismísimo Voldemort.

Tengo sensaciones encontradas con el director Chris Columbus (Sólo en casa). Éste nos trae una adaptación muy fiel al libro, sí, pero a veces, demasiado cuadriculada. Pienso que le falta tomarse las libertades necesarias para hacer una película que fluya como lo hacían las palabras de J. K. Rowling en el libro original. En el aspecto de la dirección, la película asume pocos riesgos, y carece de toque personal del director y de identidad más allá de ser una adaptación. Pero, por otro lado, es entendible que Warner Bros. escogiera a un director conservador como Columbus, con experiencia en otras películas "para toda la familia"; los altos costes de producción harían que esta película fuera un riesgo grande para el estudio.

Sin embargo, pienso que Columbus se siente muy cómodo filmando en los excelentes decorados que ofrece la película. La película cuenta con una paleta de colores preciosa, y disfruto mucho viendo las imágenes que nos ofrece. Más tarde hablaré de su recreación del juego de Quidditch; para mí es el director que mejor lo ha plasmado en la pantalla.

"Harry Potter ha venido a Hogwarts".

Se le encargó la difícil tarea de adaptar el libro al guionista Steve Kloves, que continuaría ligado a los guiones de la saga hasta el final (exceptuando La Orden del Fénix). Hay quizás demasiados conceptos, personajes y eventos por adaptar, pero aún así, Kloves consiguió entregar un guión que consigue contentar tanto a los fans de los libros, como a los espectadores que no los conocían. Como ya mencioné antes, mi principal problema es que su excesiva fidelidad al libro hace que en ocasiones el ritmo sea demasiado pausado y la película tenga poca identidad propia, pero entiendo que otras personas prefieran que sea así. Me duele, y me dolerá siempre, que eliminaran al personaje de Peeves, el poltergeist, quien era de mis personajes preferidos de los libros.

Los pilares del éxito de esta película son tres: el diseño de producción, el reparto, y la banda sonora. Hablando del primero, la verdad es que es admirable ver cómo prestan atención al mínimo detalle, consiguiendo un gran nivel de inmersión que hace que nos introduzcamos en este maravilloso mundo por completo.

El Callejón Diagon, Ollivander's, el Gran Comedor, el Bosque Prohibido, el campo de Quidditch... son muchísimas las localizaciones en las que sucede la película, y absolutamente todas lucen sobresalientes en la misma. Esto ayuda mucho al director, ya que se siente muy cómodo en estos entornos, y sabe dónde colocar la cámara para sacarles el máximo partido. Por poner un ejemplo, la escena en el Bosque Prohibido en la que el villano encapuchado bebe la sangre de un unicornio, todavía me pone los pelos de punta. El diseño de producción es el mejor aspecto de esta película, y quince años después, me sigue maravillando.

"¡Libros! ¡Inteligencia! Hay cosas mucho más importantes, amistad, y valentía..."

Otro gran acierto de la primera entrega de la saga de Harry Potter es, sin duda, el increíble reparto. Lo lidera el trío protagonista (ya conocido de sobra) formado por Daniel Radcliffe (Harry), Rupert Grint (Ron), y Emma Watson (Hermione). Tres niños sin experiencia frente a las cámaras que, sin embargo, desprenden encanto y parecen nacidos para interpretar esos papeles. Les siguen otras caras nuevas como Tom Felton, adorable como Draco Malfoy, Matthew Lewis como Neville Longbottom, y muchos más estudiantes de Hogwarts. Todo este grupo de niños se rodea de un reparto con secundarios de lujo como Richard Harris, Maggie Smith, Ian Hart, John Hurt, Fiona Shaw... auténticos actorazos cuyas caracterizaciones son impecables. Mis favoritos siempre serán Robbie Coltrane en el papel del entrañable Hagrid, y Alan Rickman en el papel de Severus Snape, para mí, uno de los mejores personajes de toda la saga.

La banda sonora corre a cargo del maestro John Williams, a quién todo el mundo conocerá por ser el creador de las míticas bandas sonoras de SupermanIndiana Jones y Star Wars. Williams realiza un trabajo fantástico, creando temas que ya forman parte de la historia del cine, y cualquier persona sabría reconocer. Quién no se ha emocionado escuchando "Leaving Hogwarts", mi tema favorito, alguna vez, o quién no se sabe de memoria la melodía principal de "Hedwig's Theme".

"Atrapas ésto, y el juego se acaba. Atrapas ésto, Potter, y ganamos".

Estoy terminando la reseña, así que ha llegado el momento de dar mi opinión sobre la recreación del Quidditch. Creo que el director hace un trabajo inmejorable a la hora de traspasar el concepto del juego desde el libro a la pantalla. Las secuencias de Quidditch en esta película (y en la siguiente) son una delicia visual, captando la emoción, la tensión, el peligro, y la fantasía de ver a los jugadores luchando por ganar el partido. Son escenas con muchos efectos especiales que, sin embargo, continúan estando a la altura (pese a haber pasado quince años), y con mucho colorido, lo que las hace ser visualmente preciosas, y entretenidas de ver. Hay que darle la enhorabuena a Columbus por haber realizado el Quidditch de forma sobresaliente, como ningún otro director de la saga lo ha hecho jamás. Como ya dije antes, en mi opinión es el director de la saga que mejor lo ha plasmado en la pantalla.

Harry Potter y la Piedra Filosofal es una película encantadora, que dio el pistoletazo de salida a una saga que duró diez años y ocho películas, acompañando a toda una generación, y formando parte de nuestros corazones. Un filme que, sin ser perfecto, fue capaz de hacernos soñar que llegara una carta de Hogwarts a nuestro buzón. Todo aficionado al cine debe verla. 

Mañana intentaré subir una reseña de una película que esté actualmente en cartelera. Y pasado mañana, volveré con mi opinión sobre la segunda entrega de Harry Potter, más oscura y peligrosa que su antecesora. Un saludo.


martes, 23 de agosto de 2016

La Cabaña en el Bosque

"Si algo o alguien os está persiguiendo... separaos."

¿Cuántas veces hemos visto una película slasher que cumple con todos los estereotipos del género, y a su vez, consigue sorprendernos y dejarnos con la boca abierta? La Cabaña en el Bosque consigue algo en lo que la mayoría de filmes de terror fracasan: ser impredecible hasta el final.

Porque cuando llevas aproximadamente una hora de esta cinta, no tienes ni idea de cuál va a ser la siguiente escena, de qué es lo que va a pasar a continuación, o de cómo va a acabar todo. El dúo de nerds Joss Whedon (productor) y Drew Goddard (director) se reúnen para brindarnos una absurda, disparatada, y terriblemente divertida parodia del género slasher, que tanto se popularizó en los años setenta y ochenta, con clásicos como La Masacre de Texas, Halloween, o Viernes 13.

Whedon es conocido, entre otros proyectos, por ser el creador de la serie Buffy Cazavampiros, o por darle alas al Marvel Cinematic Universe, siendo el director de las dos entregas de Los Vengadores. Goddard no goza de tanta fama; ésta es la única película que ha dirigido. Como guionista ha tenido bastante éxito, siendo el responsable de los libretos de Monstruoso, Guerra Mundial ZMarte (The Martian), por el que se llevó una nominación al Oscar, y de varios episodios de la serie Daredevil, de la que también es creador.

"Liberadlos de su ignorancia y sus pecados".

La pareja que se emborracha y hace el amor en medio del bosque, el paranoico que cree que todo es una trampa, el jugador de fútbol en el equipo del instituto, el anciano que les dice que vayan con cuidado... todos se reúnen en el interior de una misteriosa cabaña en medio del bosque. Minutos después, serán perseguidos por un aterrador mal, que ellos mismos liberaron. Hasta aquí, nada original. Whedon y Goddard, también escritores del guión, se divierten situando la historia dentro de su género, y de paso, regalándonos un par de sustos que te mantendrán tenso e interesado en lo que ocurra a continuación. Otro de los aciertos del guión es controlar muy bien los tiempos, y dosificar muy bien los segmentos de terror y los de comedia. Como el espectador sabe que los personajes están a punto de ser masacrados uno a uno, es sencillo empatizar con ellos, y preocuparse por lo que les pueda pasar. A ésto lo acompañan unos diálogos muy fluidos y graciosos, que ayudan a que la película se pase rápido, y el espectador nunca se sienta aburrido.

Paralelamente, se nos muestran escenas protagonizadas por dos personajes, interpretados por Richard Jenkins y Bradley Whitford, que trabajan en una especie de laboratorio y centro de vigilancia con cámaras por toda la casa y los bosques. Sin soltar spoilers demasiado grandes, podemos ver que tienen cierto control sobre lo que ocurre en el bosque, y que los jóvenes no son más que marionetas que no pueden hacer nada, excepto esperar a su destino. Éste es un giro de la historia muy inteligente, que aporta un elemento de intriga a la historia, porque no sabemos ni quiénes son, ni cuáles son sus verdaderas intenciones.

"Un ejército de pesadillas, ¿eh? Que comience la fiesta".

Así pues, tenemos dos historias paralelas (cabaña y laboratorio), que poco a poco se van acercando, hasta confluír en la media hora final. Una media hora final fantástica, vaya media hora final. No voy a hablar mucho más que ella, porque prefiero que la veáis sin tener ninguna opinión ni prejuicio sobre ella.

Como dije antes, los personajes de los jóvenes se basan en los estereotipos del género slasher. Tenemos al deportista (Chris Hemsworth), la chica buena (Kristen Connolly), la chica mala (Anna Hutchison), el loco (Fran Kanz), y el chico responsable y estudioso (Jesse Williams). La película estudia cómo reaccionan estos arquetipos del género frente a las distintas situaciones que se les van presentando; incluso los científicos del laboratorio realizan apuestas sobre cuál va a ser la decisión que van a tomar. Brillante.

"Los Ancestros lo ven todo".

Observando las interpretaciones, me quedo con Hemsworth, ya que me encanta verle haciendo comedia. También me gustó el dúo Jenkins-Whitford y, obviamente, Kanz, sobre el que recae la mayoría del peso cómico de la película. Atentos al inesperado cameo de la maravillosa Sigourney Weaver.

También me gustaría mencionar los efectos especiales. Porque, aunque a priori parezca extraño, esta película contiene multitud de escenas con efectos digitales. No tienen la calidad ni la definición de filmes como Los Vengadores, y sí, cantan bastante. Pero, para mí, ésto forma parte de la parodia, y creo que no tendría la misma gracia si se utilizaran efectos especiales de alto presupuesto. Yo disfruté muchísimo viéndolos, y creo que aportan mucho a la película.

"Dios mío, estoy en un reality show. Mis padres van a pensar que soy un colgao".

Visualmente, la película aprueba, pero no es gran cosa. No obstante, Goddard sabe dónde colocar la cámara para generar incertidumbre y tensión en el espectador. No hay más que ver los planos del lobo disecado en la cabaña, las escenas de persecución en el bosque, o absolutamente toda la media hora final, de la que he decidido no hablar más, para evitar estropear las sorpresas.

Sin embargo, los que la vean esperando asustarse mucho, quedarán decepcionados. La película no ofrece demasiados sustos, ya que debe verse como lo que es: una parodia del género, hecha para divertir y entretener, no para asustar. Quizás éste será un problema que encuentren algunos, ya que los responsables de la película parecen más interesados en hacer parodia, que en hacer terror. Creo que esta película es, sobre todo, para los fans del género, ya que puede que el espectador medio no entienda su propósito, ni la mayoría de referencias y huevos de pascua hacia otras sagas.

También es una lástima que no se hubiera expandido más la historia de los interesantes Ancestros; simplemente están ahí por el avance de la historia, y el final, si bien es inesperado, me parece demasiado precipitado.

La Cabaña en el Bosque es una original propuesta de terror y comedia, en unos días donde las originales propuestas (especialmente de terror) son cada vez más difíciles de encontrar. En los siguientes días, iré alternando reseñas de la saga de Harry Potter (ganadora de la encuesta que realicé en Twitter), y de películas que vaya viendo y me parezcan interesantes para el blog. Un saludo.


lunes, 22 de agosto de 2016

(500) Días Juntos

"Cualquier parecido con algún personaje vivo o muerto es mera coincidencia. Especialmente tú, Jenny Beckman. Zorra".

Nos encontramos ante una de esas raras ocasiones en las que una película de un género tan utilizado y explotado como la comedia romántica resulta ser original, a la vez que divertida. Quizás llegue años tarde al uso de los blogs, pero qué le voy a hacer. Inauguro éste, con el objetivo de compartir mi opinión sobre (casi) todas las películas que vea, y quién sabe, incluso realizar algún debate con cualquier persona que me lea y quiera. Advierto de que igual suelto algún spoiler, no lo sé.

Desde el primer minuto, la película muestra sus intenciones utilizando a un narrador, para asegurarnos de que "esto no es una historia de amor", así que prácticamente comienza contándonos el final de la misma. Éste es uno de los aciertos de la película: no se centra demasiado en el final, sino en el cómo llegamos a ese final.

"¿Alguna vez has repasado todos los momentos con una persona una y otra vez buscando los primeros signos de que algo va mal?"

Para contarnos cómo llegamos a ese amargo final, utiliza una narrativa no lineal que la hace ser mucho más rápida y entretenida, con saltos en el tiempo a lo largo de los quinientos días que dura esta relación, como bien indica el título. Esta forma de contar la historia resulta ser muy acertada; me rompe el corazón ver cómo, poco a poco, esa relación (que al principio parecía perfecta) se va deteriorando. Así pues, el montaje de esta película me parece una obra maestra. Todo está calculado al segundo, no hay ninguna escena o plano que sobre, y nos mantiene pegados a la pantalla a lo largo de noventa y cinco minutos. De verdad, el trabajo de edición de este filme es para estudiarlo. Para mí es el mejor aspecto de esta comedia romántica. 

Termino mis elogios hacia el montaje de (500) Días Juntos, y paso a hablar del reparto, comenzando por los protagonistas, Joseph Gordon-Levitt y Zooey Deschanel. Como es de esperar, el peso de la película recae sobre sus hombros, y nos regalan unas interpretaciones llenas de encanto, belleza, y "buen rollo". Se nota que hay mucha química entre ellos, y son capaces de transmitir la alegría o tristeza que sienten sus personajes en cada escena. Especialmente, me gustan los pequeños gestos que realiza Deschanel para interpretar a la misteriosa Summer, y la naturalidad que desprende Gordon-Levitt en el papel de Tom. Completan el reparto caras conocidas como Clark Gregg (el Agente Coulson del Marvel Cinematic Universe), Matthew Gray Gubler (miembro del equipo de Mentes Criminales), y una joven Chloë Grace Moretz (antes de salir en Kick-Ass). 

"Me encanta escuchar esa canción cada vez que pienso en ella, y cómo consigue que me sienta. Hace que todo sea posible, no sé... como si mereciese la pena vivir."

Hay que alabar también el trabajo de los guionistas, utilizando muchos estereotipos del género, pero dándoles una nueva vuelta de tuerca con esta estructura atípica. Los diálogos son frescos y naturales, consiguiendo que me crea toda esta "historia real" que nos están contando, y dejando por el camino algunas frases bonitas que harán las delicias de los fans en Tumblr. Me encantan las partes de comedia; realmente me arrancaron varias sonrisas a lo largo de la película. Los intercambios entre el protagonista y sus amigos, o entre el protagonista y el personaje de Chloë Grace Moretz, son especialmente divertidos de ver y escuchar. También tiene un buen final (algo muy difícil de conseguir), que es optimista y nos mantendrá esa sonrisa, a pesar de todo por lo que le hemos visto pasar a nuestro protagonista.

La película está muy bien acompañada por una banda sonora con diversos temazos de pop e indie rock, algo que se ha convertido en tendencia en las películas que se realizan de este género. Creo que todos los temas están muy bien escogidos, y mantienen el tono y el humor que la película nos quiere transmitir. Mi favorito, sin duda, el You Make My Dreams de Hall & Oates que suena durante la larga e increíblemente bien coreografiada secuencia de baile por las calles. 

"Por un lado quiero olvidarla, pero por otro, sé que es la única persona en todo el universo que podría hacerme feliz".

El director Marc Webb nos regala este precioso filme en su debut como director de largometrajes. Siempre es de admirar que un director debutante realice un trabajo de gran calidad, y me hace pensar en todos aquellos aspirantes a directores que esperan su merecida oportunidad. Hay muchos diamantes ahí fuera, esperando ser encontrados. Este hombre consigue hacer una película preciosa con pocos recuersos, un ejemplo a seguir para el resto de producciones independientes. Conoce perfectamente la historia que quiere contar, y cómo nos la quiere contar. Escenas como el ya mencionado baile callejero, la "Expectativa vs. Realidad", los planos de la estética de los edificios, o las miradas entre Tom y Summer, son una delicia para cualquier espectador. Tras un fallido salto al cine de superhéroes en el que realizó dos entregas de Spider-Man, Marc Webb dirigirá Gifted, un drama con Chris Evans, con estreno previsto para 2017. Bienvenido de vuelta, señor Webb.

"Ahora sólo te acuerdas de lo bueno. Cuando pienses en el pasado, recuérdalo tal cual era".

Cuando vi por primera vez (500) Días Juntos (hace tres o cuatro años), ésta fue capaz de alegrar una mala tarde, y de enseñarme una valiosa lección para el futuro. Se la recomiendo a cualquier persona que desee pasar un rato agradable; yo creo que no le defraudará. Es una joya dentro de su género, y estoy seguro de que, con el tiempo, se convertirá en un clásico. Por cierto, tengo pensadas varias películas sobre las que escribir, pero estoy abierto a sugerencias. Un saludo.